El proyecto sueco EL Perro Del Mar pone sus delicadas melodías al servicio de una historia, que si bien no es completamente original, esta rodada y narrada de forma tan sutil y emotiva que impresiona. En ella se cuenta la historia y aventuras de un joven amish que decide abandonar la estricta sociedad religiosa en la que habita para contemplar el mundo exterior. Por el camino se encuentra con una prostituta que le ayudará a descubrir cosas que su estilo de vida prohibe, pero como diría Mayra, "hasta aquí puedo leer...". En realidad el argumento se basa en una costumbre de la citada comunidad, llamada "Rumspringa", que permite a los adolescentes abandonar las férreas normas religiosas y tener comportamientos considerados prohibidos, como beber alcohol, fumar, tener sexo prematrimonial o vestir ropa diferente a la tradicional, durante un periodo de tiempo en el que decidirán por si mismos si desean volver a la comunidad o abandonarla permanentemente.
La canción está incluida en una versión Deluxe con motivo del décimo aniversario del disco de debut homónimo publicado en 2006 de El Perro Del Mar, que en realidad es el nombre tras el que se esconde la artista Sarah Assbring. Su quinto álbum de estudio está a punto de publicarse con el nombre de "Kokoro" y ya ha publicado un sencillo de adelanto, "Breadandbutter", que no está nada mal, por cierto. ¡Esperaremos más noticias!
- EL PERRO DEL MAR: "IN THE WOODS" DIR: CONNOR HURLEY
2 comentarios:
Me pregunto si esa costumbre no tiene una trampa, que condiciona la decisión de volver o de irse. Tal vez alguien que vivió toda su vida en un ambiente cerrado, tiene serios problemas para desempeñarse en el mundo exterior. No extraño que tenga pánico. Haciendo más probable su regreso. Sospecho que cuentan con eso.
Es interesante en la ficción lo de las prostitutas amables como la del video, que casi es maternal.
Saludos.
De hecho Demiurgo la proporción de los que deciden no volver es mucho más baja que los que deciden volver con la Comunidad es su familia. La verdad es que se deben llevar un buen susto, pero al menos les dan la opción de experimentarlo. Por otro lado, las prostitutas también tienen sentimientos, en la ficción y en la realidad, y me parece hasta normal que la pobre se apiade de ese pobre asustado.
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